-Le dijo Moshé a Aharón:”Aproxímate al Mizbeaj y haz tu Korbán Jatat y tú (Korbán) Olá y expía por ti, y por el pueblo; y haz el korbán del pueblo, y expía por ellos como ordenó Hashem” Vayikra 9:7
Rashí en su comentario a la Torá nos explica que: «Aharón tenía vergüenza y Moshé le dijo:
¿Por qué te avergüenzas? ¡Si para esto fuiste hecho!’.
Pero resulta difícil comprender por qué utilizó precisamente la expresión «para esto fuiste hecho». Se puede explicar que la razón por la que Aharón hizo el becerro fue porque él sabía que los Hijos de Israel tenían incrustada la idolatría en sus corazones y todo el tiempo que se encontrara ese pensamiento en sus corazones no iban a arrepentirse de ello como se debe, bajo la premisa de que el pensamiento de un pecado no se considera en esencia como un pecado. No obstante, luego de que hicieran el becerro de oro y se hubiera materializado ese pensamiento, indudablemente que se arrepentirán y volverían en teshuvá.
Siendo así, el fabricar el becerro de oro ocasionó que ellos hicieran teshuvá como debe ser y se avergüencen de su pecado. De esta forma les sería perdonado su pecado, pues como dijeron nuestros Sabios, de bendita memoria:
«A todo el que haya cometido un pecado y se avergüence de ello, se le perdonan todos sus pecados».
Por eso Moshé le dijo: «¿Por qué te avergüenzas?», es decir, «¿Por qué te avergüenzas del incidente del becerro de oro, con lo cual parece que, en efecto, pecaste al darles el becerro? ¡Más bien, al contrario! Tú provocaste que ellos se avergüencen y retornen a su Creador. Y de la expresión «para eso fuiste hecho» nos enseña que: «Precisamente por este incidente fuiste elegido, porque tu intención fue para bien en Nombre del Cielo y les hiciste el becerro de oro para que ellos se arrepientan de forma íntegra. Y en efecto, provocaste que ellos se avergüencen, se arrepientan y vuelvan en teshuvá como debe ser. Tú fuiste el medio por el cual ellos lograron expiación. Y ya que HaKadosh Baruj Hú paga medida por medida, tú eres el más apto para ser el Cohén Gadol y continúes siendo siempre el que expíe sus pecados al ofrendar sus korbanot».
De este comentario a la Torá aprendemos cómo utilizar la vergüenza para nuestro crecimiento:
A veces la persona al cometer un pecado se siente lejos de merecer acercarse a Dios, pero el primer paso como nos muestra Aharón es tener la intención de no volver a cometer ese pecado y el sentimiento de arrepentimiento se ve reflejado en la vergüenza.
De aquí aprendemos que la vergüenza no es una señal para alejarse de Dios, sino al contrario para acercarse por medio de ese sentimiento que indica que no somos apáticos ni descarados frente Hashem como el ejemplo que nos da Aharón el Cohen.
Acciones que llevan a la corrección de un pecado:
1. Arrepentimiento
2. Resarcir los daños
3. No volver a cometer el pecado
Contiene un extracto del libro “Zera Shimshon”