«El Significado de los Eclipses en la Tradición Cabalística”

«El Significado de los Eclipses en la Tradición Cabalística”

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El próximo evento astronómico que captará la atención de millones de personas en todo el mundo es el inminente eclipse. Los eclipses solares y lunares han fascinado a la humanidad a lo largo de la historia, despertando un sentido de asombro, misticismo y curiosidad. Más allá de su impactante belleza visual, estos fenómenos celestes han sido objeto de interpretaciones variadas en distintas culturas y tradiciones, incluida la sabiduría judía, como se expresa en antiguas creencias y enseñanzas. En este artículo, conoceremos los efectos y causas de este eclipse según las enseñanzas del Talmud Babli.

Todo lo que fue creado en el cuarto día sirve de signo importante con respecto a la dirección del mundo.

Cuando hay un eclipse de sol o de Luna, ello constituye un signo nefasto que indica que desde el cielo se dirige hacia nosotros una gran furia como consecuencia de los pecados de la gente.

Nuestros sabios nos enseñan que cuando el sol se oscurece durante un eclipse, representa un mal signo para todo el mundo. Esto es semejante a un rey que se enfurece con sus súbditos y ordena quitarles las lámparas, dejándolos así en la oscuridad.

Cuando la luna y las estrellas se eclipsan, ello representa un signo para Israel. Siempre que vienen infortunios al mundo, el judío es afectado más que ningún otro ser humano. El judío tiene la Torá y si no la cumple, es reprendido.

Dios extingue las lámparas celestes a fin de que tome conciencia de sus faltas y se arrepienta, ya que el arrepentimiento constituye el único remedio para el pecado.

Existe una opinión que afirma que un eclipse solar es un signo nefasto para las demás naciones, mientras que un eclipse lunar constituye un signo adverso para Israel. Otras naciones configuran su calendario conforme al sol, pero nosotros lo hacemos de acuerdo a los meses lunares.

Si un eclipse de sol ocurre cuando el sol se localiza hacia el este, ello representa un signo adverso para aquellos que viven en el Oriente. Si, por otra parte, ocurre en el oeste, entonces es un mal signo para los que moran en el occidente.

Pero si un eclipse solar tiene lugar al mediodía, cuando el sol se encuentra a mitad del cielo, eso representa un signo nefasto para todo el mundo.

Cuando el sol se tiñe de rojo sangre, ello constituye un signo de guerra, indicando que la espada vendrá y (derramará sangre). Si se torna negro, entonces representa un signo de hambruna inminente.

La hambruna hace que los rostros de la gente que se muere de hambre se oscurezcan.

Si ambos colores son observados, ello indica que ambas calamidades ocurrirán. Si un eclipse de luna tiene lugar cerca del ocaso, ello es signo de que las tribulaciones se demorarán.

Si la gente se aprovecha de esta circunstancia, pueden arrepentirse y evitar la catástrofe. Pero si el eclipse tiene lugar al amanecer, ellos significa que las tribulaciones son inminentes y que ya no hay tiempo para arrepentirse.

Cuando Israel cumple la voluntad de Dios, no tenemos por qué temer a estos signos, como enseña el libro de Jeremías 10:2.

El camino de las naciones no aprendáis, ni de las señales de los cielos, os aterroricéis, aunque las naciones les tengan terror.

LAS CUATRO RAZONES DE UN ECLIPSE SOLAR

Nuestros Maestros enseñaron: A causa de cuatro cosas, el sol es afectado por un eclipse:

Primero, a causa de que un Ab Bet Din, el jefe de un tribunal rabínico, fallece y no recibe los elogios fúnebres que le corresponden por el bien que hizo, conforme a la Halajá.

Segundo, a causa de que una joven prometida en matrimonio es violada en una ciudad y había gente ahí que podía salvarla, pero nadie acudió en su ayuda.

Tercero, a causa de las relaciones prohibidas.

Cuarto, a causa del homicidio de dos hermanos, cuya sangre es derramada al mismo tiempo.

Y a causa de cuatro cosas, las demás «luminarias» -es decir, la luna y las estrellas- son afectadas, lo cual presagia un castigo divino al mundo:

Primero, a causa de la falsificación de documentos.

Segundo, a causa de quienes testifican en falso en los tribunales.

Tercero, a causa de quienes crían ganado menor -ovejas y cabras- en la
Tierra de Israel.

Cuarto, a causa de quienes cortan árboles buenos.

Fuentes: Talmud Babi Masejet Sucá 29a

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