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¿Qué es el Rezo/Tefilá?

El rezo en el Judaísmo ocupa un lugar preponderante, sin embargo,
cabe preguntar cuándo empezó, quién lo estableció, por qué se
realizan tres rezos al día y cuál es su significado y objetivo.
Los rezos son el equivalente moderno a los sacrificios que se realizaban
en el Beth Hamikdash, en los que, además de realizar estos, los Cohanim
levaban a cabo un rezo compuesto por las bendiciones del Shemá, la lectura de los Diez Mandamientos, el Birkat cohanim, el Emet veyatziy, etc. (Tamid 5:1).

CONEXIÓN CON NUESTROS ABOT

Debemos saber que la segunda letra del nombre en hebreo de cada
patriarca indica el periodo del día que ellos mismos establecieron para
el rezo: en «Abraham», la segunda letra es la bet, inicial de la palabra
bóker, «la mañana». La segunda letra del nombre «Itzjak» es la tzáde,
la cual encabeza la palabra tzahoraim, «la tarde». Y la segunda letra
de «Yaacov» es la áin, con la cual se inicia la palabra érev, «la noche».

CONEXIÓN CON EL BETH HAMIKDASH

Sin embargo, Rabí Yehoshúa opina que los rezos fueron establecidos
conforme al orden de los sacrificios en el Templo y que, por tanto, decimos Shajarit debido a que por la mañana se sacrificaba el primer
Cordero, y dado que por la tarde se sacrificaba el segundo, decimos
Minjá. Y por el hecho de que toda la noche iban consumiéndose sobre
el Altar, los restos de los sacrificios, podemos decir Arvit durante toda
la noche.

Además, cada persona que llevaba una ofrenda particular realizaba un
rezo personal (sin ningún texto fijo), diciendo simplemente lo que le
salía del corazón.

Ya desde tiempos antiguos se ordenó en el resto del pueblo de Israel decir los tres rezos diarios, cuyo origen se halla en los tres Patriarcas.

¿QUÉ APRENDEMOS DE TODO ESTO?

La conclusión en la Guemará es que ambas opiniones son correctas:
nuestros Patriarcas establecieron el concepto de los tres rezos diarios
y nuestros Sabios acoplaron el horario de cada uno de estos al de
los sacrificios en el Templo para, justamente, hacer la relación entre
nuestros rezos y los sacrificios con el objetivo de que estos últimos,
así como todo el ritual en el Templo Sagrado con los sacerdotes y los
Leviím, proporcionen gran placer al Creador, otorguen purificación a
los pecadores y traigan bendición a todos.

Nuestros rezos en el Bet Hakenéset pueden llegar a anular decretos
negativos, perdonar nuestros pecados y traer bendición y beneficios al
mundo. Y por supuesto, causan gran placer a D-os.

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