Pésaj es la zona del tiempo en que cada uno de nosotros conecta una vez más con el flujo de energía positiva que liberó a los hebreos en Egipto.
Está escrito en Éxodo 12:14 “Y será el día este para vosotros para remembranza, y lo celebraréis a él (como) festividad para D-os; para vuestras generaciones como decreto eterno lo celebraréis”.
Nos dice el pasuk “como decreto eterno lo celebraréis” esto quiere decir que en cada generación, tenemos la oportunidad de recibir la misma energía positiva que los Israelitas recibieron en Egipto y que les permitió vencer a las fuerzas del mal que les mantenían en esclavitud física y espiritual. También es una oportunidad para lograr que esta energía positiva se convierta en parte integral de nuestra estructura metafísica, de forma que la energía dañina y negativa del Deseo de recibir pueda ser eliminada.
Pesaj se conforma de preceptos especiales y del texto de la Hagadá, estos no existen meramente para recordarnos lo que nuestros predecesores sufrieron en el tiempo del éxodo de Egipto, ni tampoco para permitirnos recrear la atmósfera y las condiciones de este éxodo como si fuera algún tipo de drama histórico. Existen para ponernos en el mismo marco metafísico que vivieron los hijos de Israel en Egipto, de forma que nosotros también podamos sintonizarnos con esta energía de liberación que este marco les permitió recibir.
Origen
El origen de Pesaj lo vemos en la Torá, cuando el Pueblo de Israel se encontraba esclavizado en Egipto. Hashem decidió que era momento de terminar con esa esclavitud y en el proceso de la salida de Egipto encontramos el origen de los mandamientos para esta festividad.
Rambán explicó que cada festividad sirve de preparación para la siguiente: Pésaj es una preparación para Shabuot y Shabuot nos prepara para Sucot.
Resulta que la emoción que el Pueblo de Israel siente por su Padre Celestial tras concluir la festividad de Pésaj –una suma de sentimientos de cercanía, inspiración, gratitud y amor- no es algo inherente a esta festividad de forma exclusiva: también es la preparación de la siguiente celebración, Shabuot. A su vez, la suma de todo lo vivido en ambas ocasiones nos posibilita arribar nutridos espiritualmente a la fiesta de Sucot.
Por ello quien no se haya ocupado en estudiar las leyes de Pésaj y sus tradicionales costumbres -y lo mismo quien no haya procurado acercarse al Santo, bendito Sea- habrá perdido una increíble oportunidad de elevarse, además de que carecerá de la preparación que demanda la festividad siguiente, <>, pilar básico e imprescindible para que la Torá sea recibida. Y ambas conexiones -Pésaj y Shabuot- son la preparación de Sucot, tiempo en que la Presencia Divina reposa con Su Sombra Protectora.
En otras palabras, el relato de la Salida de Egipto se asemeja a una semilla.
Cuando se siembra crece un árbol que da frutos. Es por ello que Pésaj -especialmente la noche del Séder- constituye el momento ideal para sembrar y producir el despertar de la emuná en lo que respecta a todos los eventos que conforman la Salida de Egipto.
Como resultado de esa confianza, es que posteriormente seremos merecedores de recibir la Torá en Shabuot.
Significado
La noche del Séder contamos con una oportunidad única y debemos evitar que se «fermente». Pues, como es sabido, el jametz es resultado de la dilación y la demora. La masa que permanece inactiva se fermenta. ¡El jametz es el resultado del ocio! La idea que yace tras la prohibición del jametz es que el hombre tiene el deber de esforzarse cada jornada sin pausa y cada día de su vida. ¡El hombre fue creado para esforzarse! Como afirma el conocido principio: «Si una mitzvá llega a ti, no permitas que se fermente…», mejor ¡esfuérzate y ocúpate de ella!.
De igual modo, cuando llegue el momento de cumplir el precepto de relatar la Salida de Egipto y sus preceptos adicionales: debe llevarse a cabo con esfuerzo, al punto de fatigarse.
Extraído de: “Como preparar el alma para pesaj”
“Éxodo y redención”